Otoño en la delegación de Palestina por el acceso al ejercicio de los DDHH de la población palestina más vulnerable

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Ramallah, noviembre 2018.-   Elizabeth Masero Visiga, Paz con Dignidad- Palestina. Sentirse y vivir como una persona palestina. Puede parecer una afirmación simple, sencilla…pero esta corta frase encierra mucha más complejidad de la que pueda imaginarse. En el caso de Palestina, ser o identificarse como tal conlleva una sistemática vulneración de derechos humanos por parte Israel, potencia ocupante del territorio palestino desde 1948.

La denegación de servicios sanitarios y de salud, la creación de un ambiente coercitivo, anexión de tierras, construcción de asentamientos, demoliciones de infraestructuras palestinas, establecimiento de un complejo sistema de permisos, restricciones a la libertad de movimiento…y así podría continuar una larga lista de vulneraciones de derechos, muchas contra el Derecho Internacional Humanitario, el Derecho Internacional de los DDHH y la legislación internacional de personas refugiadas. También contra numerosas resoluciones de Naciones Unidas, como es el caso de la denegación del derecho al retorno de la población refugiada que tuvo que irse como consecuencia de la expulsión violenta de sus lugares de origen por parte del ejército sionista en 1948, paso previo a la creación del Estado de Israel. El derecho al retorno se entiende no sólo como el retorno físico de la persona refugiada a su lugar de origen, sino como el derecho a reparaciones, y así se deben garantizar también otros dos componentes: el derecho a compensación por los bienes perdidos y la certeza de no repetición.

Desde la organización de Derechos Humanos palestina, Badil, trabajan desde 1998 para visibilizar todas estas situaciones y aportar su visión sobre una solución factible y durable basada en derechos para la población palestina. Lo hacen en dos sentidos: empoderando a las y los titulares de derechos para que demanden el cumplimiento de sus derechos. Esto lo realizan a través de conferencias, formaciones, materiales audiovisuales, trabajando con organizaciones comunitarias de base, mujeres y jóvenes palestinos. Por otro lado producen informes y documentos de análisis legal de lo que ocurre en este lado del mediterráneo para conseguir influir a nivel local e internacional en quiénes toman las decisiones políticas. Así, cada dos años realizan el único estudio de la situación de la población refugiada palestina que abarca tanto a la que reside en Palestina e Israel como en países árabes vecinos. Aunando este enfoque holístico, el pasado mes de octubre ha dado comienzo el proyecto “Fortaleciendo la identidad, cohesión y capacidades de jóvenes refugiados y refugiadas palestinas con enfoque de Derechos Humanos”, financiado por la Diputación de Gipuzkoa.

Reunión con el equipo de Badil para preparar el inicio del proyecto. EMV

Este proyecto de cooperación contempla una formación en detalle con jóvenes de diferentes zonas de Palestina e Israel como titulares de derechos quiénes producirán una herramienta multimedia para sensibilizar tanto en sus comunidades como a la sociedad civil gipuzkoana a través de una visita a Euskadi. Este vídeo reflejará parte de las conclusiones del informe sobre la situación de la población refugiada que se realizará en el marco de la intervención y que servirá de herramienta para la denuncia local e internacional y una forma más accesible de contar con la información que contendrá el estudio completo.

Apoyo a la población más vulnerable en Gaza

La población refugiada de Gaza también enfrenta una situación cada vez más extrema, lo que deja en una situación de aún más vulnerabilidad si cabe a la población gazatí especialmente a mujeres, personas mayores y menores. Es importante mencionar que la Franja de Gaza se encuentra bajo bloqueo por tierra, mar y aire desde hace 12 años y desde el pasado verano la tensión entre Hamás e Israel se ha incrementado hasta niveles que, según las propias organizaciones palestinas gazatíes y organizaciones internacionales, hacen presagiar una ofensiva militar israelí de escala tan grave como las 3 ocurridas desde el inicio del bloqueo. Con esta situación resulta inadmisible que niñas y niños de 12 años hayan vivido ya bajo las bombas tres veces en su corta vida, algo que marca psicológica y socialmente su relación con sus entornos.

Desde la organización sanitaria Union of Health Work Committees (UHWC) socia de Paz con Dignidad, trabajan desde un concepto de salud integral incorporando centros comunitarios en cada uno de sus 5 centros de salud y el hospital Al Awda. Uno de los centros comunitarios más concurridos es el situado en el campo de refugiados de Jabalia en el norte de la Franja, Al Assriya. En él acaba de dar comienzo el proyecto “Mejora de los servicios de apoyo psicológico y bienestar en la infancia en Jabalia, norte de la Franja de Gaza” financiado por la Agencia Andaluza de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AACID) dentro de la línea de acción humanitaria de 2016.

Hall del Centro Comunitario Al Assriya. Estado en octubre de 2018. EMV

 

Último piso donde se construirá una nueva planta para aumentar los servicios del Centro Comunitario Al Assriya. EMV

Gracias a esta iniciativa se mejorarán la infraestructura y capacidades humanas del centro comunitario para la prestación de servicios de calidad a casi 10.000 niños/as y jóvenes del campo de refugiados de Jabalia. Así el centro comunitario se ampliará y rehabilitará y contará con mayor espacio para ofrecer servicios de ludoteca, biblioteca, folclore, laboratorio informático, teatro, etc…Además, estos servicios también pasan por atención psicológica y psicosocial con sesiones grupales e individuales, detectando casos que necesiten una intervención psiquiátrica y que serán derivados al Programa de Salud Mental de la Franja de Gaza. El apoyo psicosocial se complementará con chequeos médicos de salud preventiva y analítica a 360 niñas y niños identificados con especial vulnerabilidad. En tercer lugar se fortalecerá el nivel de sensibilización de la población del campo de refugiados en materia de bienestar y derechos de la infancia en especial en lo que tiene que ver con estrés postraumático, equidad de género, nutrición, salud preventiva, violencia y violencia de género. Esto se realizará con sesiones de formación con las madres de los y las menores, un vídeo, spots de radio y un folleto informativo.

 

 

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