En movimiento con Bicicletada Managua- Artículo

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Managua, como otras ciudades latinoamericanas y del mundo, se desenvuelve alrededor de un completo “caos ordenado”. Los autobuses, taxis y coches particulares abarrotan las calles asfaltadas o adoquinadas, acompañados de los bocinazos para avisar de que vas a adelantar, reprender a un coche parado en medio de la carretera o incluso saludar a un amigo que pasa caminando. Los pasos de cebra hay que inventárselos y muchas veces reinventarlos sobre la marcha ante, por ejemplo, la inoportuna aceleración de dos coches que se acercan por la derecha. Todo esto se agrava considerablemente en hora punta, cuando las personas usuarias de los transportes, sobre todo privados, salen de sus trabajos y llenan las calles de largas filas casi inmóviles, descongestionadas poco a poco por policías que asumen la tarea de los semáforos.

Estas son, desde la perspectiva de alguien que no lleva mucho tiempo en Managua, las experiencias que se pueden vivir en las calles capitalinas. O, al menos, casi todas. Si alguna vez coincide que al caminante o viajero se le ocurre salir a pasear el primer o tercer domingo del mes durante la tarde, o por recorrer las calles urbanas la noche del segundo martes, puede que se encuentre con un heterogéneo grupo de personas que, enfundadas en cascos y envueltas en sonidos de risas, música y pitidos, avanzan en sus bicicletas desafiando el incesante y tumultuoso tráfico de la ciudad.

Es Bicicletada Managua, un movimiento que se creó en 2011 en la capital de Nicaragua y que promueve el uso de la bicicleta como medio de transporte y entretenimiento urbano. Es una masa crítica, un movimiento de gente que utiliza la bicicleta y reivindica ese uso, que se replica en la actualidad en distintas ciudades del mundo.

El origen del concepto es bastante esclarecedor: lo acuñó George Bliss y apareció en el documental Return of the Scorcher (1992), que describe cómo en China los ciclistas se van acumulando en los cruces sin semáforo para protegerse entre ellos y cruzar con seguridad.

Esto coincide con un objetivo general claro de Bicicletada Managua, que es reivindicar la transformación de la ciudad hacia formas de movilizacion alternativas, sostenibles y respetuosas con el medio ambiente. La bicicleta, además, aporta beneficios económicos y de salud. Tal y como Bicicletada Managua explica en su página de Facebook, “la idea es que la uses, y es que cuando una bicicleta te agarra, no te suelta”. Es justamente eso lo que promueve el movimiento: el uso de la bicicleta como principal opción para ir al trabajo, a la universidad, a hacer compras o dar un paseo.

Bicicletada Managua organiza tres recorridos en bicicleta al mes por distintas zonas de Managua, durante los que se fomenta el uso de señalizaciones viales y de las distintas herramientas y recursos para garantizar la seguridad de las y los ciclistas. También se intentan proponer rutas accesibles para todo el mundo y opciones de movilización por los distintos lugares de la ciudad. Pero, sobre todo, Bicicletada Managua trata de que las personas ciclistas pierdan el miedo, se sientan con seguridad al recorrer en bici la ciudad y, a la vez, reivindiquen los derechos que como ciclistas tenemos frente a la clara priorización en las calles del transporte motorizado privado.

La evolución del movimiento

Seis años de recorrido para esta masa crítica, tiempo en el que se han dado diversos cambios y transformaciones dentro del grupo de personas participantes y organizadoras de los eventos. Las reivindicaciones se mantienen, se profundiza en ellas, y el objetivo sigue siendo el de visibilizar y reconocer la bicicleta como un medio de transporte que, además de tener los mismos derechos que el resto de transportes, posee diversos beneficios que hacen de ella una excelente opción.

En un inicio, la principal actividad que se realizaba era la llamada #UnaVueltaPorTuBarrio, promovida por la participante y ciclista Darling. En torno al año 2015, viendo que la propuesta conseguía un respaldo considerable entre la población de Managua, Orlando y Cinthya se unieron a la propuesta anterior y entre los tres acordaron darle una periodicidad a las salidas en bicicleta y organizar una cada mes.

El movimiento siguió creciendo y pronto se acordó que en vez de un día serían dos días al mes los que se organizaría la ruta en bicicleta. Estas pedaleadas o rutas se afianzaron al principio en los primeros y terceros domingos de cada mes a partir de las tres y media de la tarde, y a partir de 2016 se comenzaron a realizar salidas nocturnas de manera informal, para después agendarse los segundos martes de cada mes.

Si hay algo que ha caracterizado estos años el funcionamiento de Bicicletada Managua es la asimilación y el desarrollo orgánico de todas las propuestas, demandas, recomendaciones y apuntes, de tal forma que la inclusión de nuevas iniciativas, como la ruta nocturna, fluyen desde la práctica informal hasta su estructuración.

Más allá de pedalear

Pero las bicicletadas por Managua no son solo “una ruta en bici tres veces al mes”. Al inicio de cada una de esas pedaleadas se reúnen todas las personas participantes para escuchar las propuestas de recorrido, normalmente de alrededor de 15-20 kilómetros, y decidir cuál se va a realizar. Se identifican las personas que van a trabajar en el equipo facilitador de ese día y se hacen las recomendaciones de seguridad pertinentes en cuanto a temas como el tráfico o el respeto de las directrices de los guías.

Antes de comenzar a pedalear se indica a las personas participantes que acuden por primera vez que si pueden se acerquen al principio del grupo, para así todos ir a su paso. También se da un aviso con respecto al acoso y agresiones machistas y sexistas: en la bicicletada no se tolerará ninguna agresión o acoso por razones de género ni orientación sexual. Finalmente, se reitera el carácter diverso e inclusivo de la bicicletada.

Ese primer día que llegas a la plaza donde comienza la bicicletada es memorable. Ya desde un inicio te recibe un mural de la Revolución de Cuba, país que también da nombre a la plaza, con lo que ya la primera impresión resulta imponente. Pasados unos minutos esta impresión no hace más que aumentar, ya que lo que al inicio parecía un pequeño grupo de ciclistas acaba convirtiéndose en un ruidoso tumulto, que se sumerge en un sorprendente silencio cuando comienzan las charlas descritas previamente.

No conoces más que, a lo sumo, a las dos o tres personas que te han invitado, pero desde un inicio entiendes que quienes están allí están por lo mismo que tú, y cualquiera que mire alrededor puede comenzar a sentir ese compañerismo que surge al enfrentar la misma situación difícil.

Managua es una ciudad difícil para las y los ciclistas por urbanismo y tráfico, no por que se trate de una ciudad poco apta para las bicicletas. Esto queda claro desde esa primera bicicletada, en la que la única dificultad es no dejarse llevar por el entusiasmo del momento y romper la estructura del grupo ciclista. Una ciudad de temperatura calurosa durante todo el año, que puede ser recorrida relativamente rápido sin atravesar ninguna gran pendiente, definitivamente es bastante apta para que casi cualquiera pueda andar en bicicleta por ella.

Las bicicletadas te muestran precisamente eso, ya que al resguardo y seguridad grupales, que reducen ampliamente los problemas de seguridad vial, resulta imposible no reír, conversar y entretenerse en la ruta. Al final, tras una serie de paradas y un regreso triunfal, todo son sonrisas, selfies y felicitaciones. También hay lugar para las impresiones de quien quiera ser escuchado públicamente y comentar anuncios pertinentes. Un caluroso aplauso da por concluida cada una de las bicicletadas que se realizan, pero este momento no es más que el inicio de una nueva preparación y expectativas.

Es un movimiento en continua construcción, tal y como demuestra el proceso de reflexión que se está llevando a cabo para reformular su estructura, planteamientos y objetivos con la inclusión de más gente de la ciudad que quiera aportar sus aptitudes, capacidades y entusiasmo.

Bicicletada Managua tiene, como hemos visto, unos objetivos claros en cuanto a la totalidad de la ciudad. Debido a la presión y presencia del movimiento, cada vez es más común la instalación de aparcamientos de bicis por parte de locales privados de Managua, por ejemplo. Aunque, sin duda, el mayor reto es el proyecto de investigación que se ha iniciado para, mediante la realización de encuestas a pie de calle, crear un perfil ciclista, vital para futuras acciones y estrategias.


Eneko Gastaka es politólogo y colaborador de Aiaraldea y Paz con Dignidad.

Artículo original en Revista Pueblos

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